Dios sigue obrando en el silencio

“Quedaos quietos, y conoced que yo soy Dios.” (Salmo 46:10)

Muchas veces sentimos que nuestra vida es una lucha constante: decisiones que tomar, problemas que resolver, puertas que parecen cerradas. En medio de todo, podemos llegar a pensar que Dios está distante o callado.

Pero el silencio de Dios no significa ausencia. A veces Él trabaja de manera invisible, preparando lo que no vemos, moldeando nuestro corazón y alineando las circunstancias para su propósito. Como un sembrador que entierra la semilla bajo tierra, Dios obra en lo oculto para traer fruto en el momento preciso.

El reto para nosotros es aprender a estar quietos y confiar. No significa pasividad, sino descansar en que Dios tiene el control aunque nuestros ojos no lo perciban.

Dedica hoy unos minutos a detenerte y respirar en la presencia de Dios.
⁠- Haz una lista de las áreas donde sientes que Dios guarda silencio.
⁠- Entrégale esas cargas en oración, confiando en que Él ya está obrando.

Recuerda:
Cuando parece que nada ocurre, Dios sigue siendo fiel y nunca deja de trabajar en tu favor.

Oración:
“Señor, gracias porque aun en el silencio Tú estás obrando. Ayúdame a confiar en tus tiempos y a descansar en tu fidelidad. Te entrego mis cargas y creo que harás mucho más de lo que yo puedo ver. Amén.”

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