Por naturaleza, el ser humano, es rebelde, no podemos evitar cuestionarnos en algún punto de nuestra vida lo que está establecido. El ser humano aprende la mayoría de las veces a través de los errores. Dios conoce cómo somos, unos más curiosos que otros, otros necesitan ver para creer, a otros les hace falta pasar por una adversidad para valorar otro aspecto de la vida, algunos nos hemos apartado de Cristo hasta que nos hemos dado cuenta por las malas que ese no era el camino adecuado, y eso mismo nos ha servido para volvernos a él una vez más. Todos tenemos defectos y cualidades. 

El pueblo que salió de Egipto tenía dos defectos, eran rebeldes, iban en contra de la ley: 

7 Recuerda esto y nunca olvides cómo encendiste la ira del Señor tu Dios en el desierto. Desde el día en que saliste de Egipto hasta que llegaste a este lugar no habéis dejado de rebelaros contra el Señor.

Deuteronomio 9:19

También, eran tercos, esta vez, habían enfadado mucho al Señor a tal punto que pensó el tener que aniquilarlos:

13 Y añadió el Señor: Me estoy dando cuenta de que este pueblo es muy terco. 14 Déjame que los aniquile hasta que nadie los recuerde nunca más. Después haré que tú des origen a una nación más numerosa y fuerte que la de ellos.

Deuteronomio 9:13-14

Pero, el equivocarse forma parte de nuestra vida, convivimos con tentaciones,pero siempre intentando que el pecado no nos domine. Si llegas a pensar que has cometido un pecado tan grande que no eres digno para hablar con él, que no mereces el perdón, que no quieres intentar que Dios te escuche porque lo das por pérdido, no permitas que el sentimiento de culpa te impida volver a elevar una oración, porque Dios renueva su misericordia cada día, y su amor es más grande que una ofensa, así lo demostró: 

19 Tenía miedo del enojo y de la ira con que el Señor se enfureció contra vosotros hasta el punto de querer aniquilaros. Pero el Señor me escuchó una vez más.”

Deuteronomio 9:19

Siempre está dispuesto a escucharte, le interesa saber lo que sientes, lo que necesitas y lo que pides. Eres importante para él, atento y esperando está para tener otra vez un encuentro contigo.