“Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.”
Salmo 121:1–2

Vivimos en un mundo que constantemente nos empuja al límite: presiones económicas, cargas familiares, luchas internas. En medio de todo eso, una pregunta se levanta con honestidad:
¿De dónde viene mi socorro?

El salmista no nos deja sin respuesta. Él afirma con certeza:
“Mi socorro viene de Jehová.”

La canción Socorro del ministerio Un Corazón recoge esta misma verdad con palabras sencillas y profundas. Uno de sus versos dice:
“Si cuidas de todas las aves, sé que me cuidas a mí.”

Jesús mismo afirmó esto en Mateo 6:26:
“Mirad las aves del cielo… vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”

También escuchamos en la canción el corazón del Salmo 121:
“¿De dónde viene mi socorro? Mi ayuda viene de Ti.”

Este tipo de fe no ignora las dificultades, pero elige mirar más alto que el problema. Elige mirar al Proveedor.

El Salmo 121 fue uno de los llamados “cánticos de ascenso”, cantados por los peregrinos que subían hacia Jerusalén. El camino era duro, rodeado de montañas, y muchas veces incierto. Pero mientras avanzaban, cantaban:
“Alzaré mis ojos…”
No al peligro, no al cansancio, sino al Dios que hizo los cielos y la tierra.

Ese es el corazón de este devocional: levantar la mirada y recordar que no caminamos solos.

El Dios al que servimos no es solo poderoso, sino cercano. Él no observa desde lejos, sino que acompaña, sostiene y consuela.
Él sana los corazones rotos, fortalece al débil y da descanso al alma cansada.

No importa cuán oscuro sea el valle, el Señor sigue siendo nuestro socorro.

Cuando nuestra vista se nubla por la ansiedad o el dolor, nuestra alma necesita volver a mirar al cielo.
Cuando todo parece tambalear, Dios sigue firme.
Cuando no sabemos qué hacer, Él sigue teniendo el control.

Así que, en medio de cualquier situación, declara con fe:

“Mi socorro viene de Ti, Señor.”

Hazlo oración.
Hazlo canción.
Hazlo estilo de vida.
Él no falla.