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Muchos conocemos la historia de José, también conocido como el intérprete de sueños. Después de haber sido vendido por sus hermanos y haber sido esclavo de Egipto, la presencia de Dios seguía con él lo cual fue demostrado ante el Faraón.
José fue el intérprete de las pesadillas que tenía Faraón porque José recibía revelación divina de Dios.

Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú.
Génesis 41:39

José estaba lleno del Espíritu Santo, era un hombre guiado por Dios aunque vivía en Egipto en una cultura con otra religión que hacía presa al pueblo cristiano. A pesar de todo este contexto de idolatría y esclavitud, Faraón reconoce al Dios de José.

Y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como este, en quien esté el espíritu de Dios?
Génesis 41:38

Esto demuestra, que la dotación del Espíritu Santo y la presencia de Dios no tiene barreras ya sean sociales, culturales o religiosas. Dios concedió a José esta habilidad con el propósito de manifestar su poder e introducir el evangelio en la vida de Faraón y por consecuencia introducir la palabra de Dios en Egipto.

Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.
Génesis 41:40-41

¿Estás lleno/a del Espíritu Santo? ¿Estarías dispuesto/a a ser usado/a por el Espíritu y romper las barreras espirituales con otras culturas?