“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41:10)

El miedo es una de las emociones más humanas y universales. Tememos al futuro, a las pérdidas, al rechazo, al fracaso… pero la voz de Dios sigue resonando a través de los siglos con un mensaje inmutable: “No temas, porque yo estoy contigo.”
Estas palabras no son solo un consuelo, sino una promesa activa. Dios no dice “no temas porque no habrá dificultades”, sino “no temas, porque Yo estaré presente en medio de ellas”. La diferencia entre el temor que paraliza y la fe que avanza está en quién camina contigo.
Isaías nos recuerda tres verdades poderosas:

1. Dios nos fortalece cuando sentimos que no podemos más.
2. Dios nos ayuda cuando las fuerzas humanas ya no alcanzan.
3. Dios nos sostiene cuando todo lo demás se derrumba.

Cada una de estas promesas revela un aspecto del carácter fiel de nuestro Padre: Él no solo nos cuida desde lejos, sino que nos toma de la mano para atravesar los valles más oscuros.

• Esta semana, cada vez que sientas miedo o incertidumbre, recuerda esta promesa y repítela en voz alta: “Dios está conmigo”.
• ⁠Identifica una situación que te esté robando la paz y ora específicamente por ella, entregándole el control al Señor.
• Habla con alguien que esté pasando por un momento difícil y compártele esta palabra de ánimo.

Recuerda: el temor se disuelve cuando la presencia de Dios se hace más real que el problema que enfrentas.

Oración:
“Señor, gracias porque no estoy solo. En medio del miedo y la inseguridad, Tú me das fuerza y me sostienes con tu mano poderosa. Enséñame a confiar más en tu presencia que en mis circunstancias. Declaro que esta semana viviré sin temor, porque Tú estás conmigo. Amén.”