Después de reescribir los pensamientos, has limpiado los pensamientos tóxicos y reemplazado por pensamientos positivos y productivos. Así es como cambiamos nuestras vidas. — Dr. Caroline Leaf

Mateo 4:1-11 nos habla acerca del enemigo tentando a Jesús cuando estuvo en el desierto por 40 días. Durante ese tiempo, Jesús estuvo sin comida. El enemigo sabía que estaba débil, y él tentó a Jesús a apartarse de Dios. Con cada ataque del enemigo, Jesús respondió con la palabra de Dios. Aunque Él estuvo sin sustento físico por 40 días, Él sobrevivió y prosperó espiritualmente. Porque Jesús pasó tiempo con su Padre, Él sabía la verdad. Él estaba preparado para esta tentación. 

No podemos vivir en libertad si constantemente le permitimos a los pensamientos tóxicos monopolizar nuestra mente. La mejor manera de luchar contra ellos es aplicando la Escritura, porque eso nos fortalecerá en nuestra propia batalla. Debemos prepararnos antes de tiempo y no tratar de hacerlo cuando estemos en la batalla. Los soldados no buscan su armadura cuando las balas vuelan. Ellos están preparados—antes de tiempo y todo el tiempo. 

Así que, preparémonos poniendo a prueba nuestros pensamientos y escogiendo capturar los pensamientos tóxicos en lugar de entretenerlos. Y una vez que hacemos eso, terminamos con esa mentira que nos ha mantenido como rehenes al declarar la verdad de Dios. Así es como vivimos libres de pensamientos tóxicos.

Pero también es verdad que si vamos a fijar nuestros pensamientos en Jesús y vivir nuestras vidas para dar honor a Él, la necesidad de probar y capturar nuestros pensamientos va a disminuir. El autor del mensaje parafraseado, nos anima al final de Filipenses 4:8 a llenar nuestros pensamientos con “lo mejor, no lo peor; lo hermoso, no lo feo; cosas que alaben, no cosas que maldigan.” 

Continuamente debemos llenar nuestra mente con cosas que traigan vida. Debemos buscar lo bueno. Porque cuando lo hagamos, lo encontraremos.