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La amistad es un concepto muy bonito que todos conocemos, ¿pero conoces lo que es ser amigo de Dios?

Dios le hizo en Génesis una promesa a Abrahán. Déjame decirte que Dios también promete cosas a sus hijos, un sueño que quiere cumplir en tu vida, algo que te va a conceder, algo que sucederá en algún momento de tu vida, algo que Dios quiere cambiar de ti… Y la base de una buena amistad es la confianza en la palabra de tu amigo, lo que tu amigo te diga es verdad, porque no debe mentirte, pues Dios es el mejor amigo que puedes tener, porque lo que te promete siempre lo cumple.

Abrahán creyó al Señor, y el Señor le concedió su amistad. GÉNESIS 15:6 BLP

Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. GÉNESIS 15:6 RVR

Estas dos versiones son casi idénticas, ¿qué tiene que ver la amistad con la justicia? El deber de la justicia se aumenta naturalmente con la amistad, porque una y otra se aplican a los mismos seres y tienden a ser iguales. La justicia se presenta entonces como una dimensión intrínseca de la amistad, que especifica el modo según el cual se debe querer un bien para la persona amada. Nosotros somos esa persona amada por Dios, si crees en sus promesas (fe) y decides ser guiado por él (obras), Dios te concederá su amistad.

Se cumplió así la Escritura que dice: Creyó Abrahán a Dios y esto le valió que Dios le concediera su amistad, y por eso se lo llamó “amigo de Dios”. Resulta, pues, que las obras, y no solamente la fe, intervienen en que Dios restablezca al ser humano en su amistad. SANTIAGO 2: 23-24