La inseguridad es una artimaña que evita el querer tomar desafíos, la seguridad en nosotros mismos es algo que Dios también puede cambiar. Cuando Dios apartó a Moisés de Egipto y lo llevó a vivir al desierto, Moisés encontró su espacio de comodidad con su esposa, creando un hogar y viviendo con un grupo de creyentes. Pero fue entonces, cuando Dios reveló cuál era el verdadero propósito de su vida, volver a Egipto para predicar el evangelio y enfrentarse a Faraón llevando el mensaje de Dios.

Aquí tenemos varios ejemplos de la clara inseguridad, miedo y cobardía de Moisés:

Moisés replicó:

– No me creerán, ni me escucharán; dirán que no se me ha aparecido el Señor.

Éxodo 4:1

Moisés insistió:

-Señor, yo no tengo facilidad de palabra, y esto no me ocurre sólo ahora que estás hablando con tu siervo, sino que me viene de antes; soy poco elocuente y se me traba la lengua.

Éxodo 4:10

Moisés volvió a replicar:

-¡Por favor, Señor, envía a cualquier otro!

Éxodo 4:13

Dios creía en la capacidad de Moisés mientras él no quería aceptar que Dios lo había elegido para esta misión. Esto solo fue el principio, pues, a pesar de ello, todos sabemos que Moisés fue uno de los personajes más importantes y conocidos de la Biblia, en parte por los prodigios que realizó con la vara pero también porque el pueblo de Israel fue liberado. ¿Y si Moisés no hubiese obedecido el mandato de Dios y se hubiese encerrado en su propia inseguridad y miedo? Dios es capaz de cambiar hasta la perspectiva que tienes de ti mismo para usarte, por eso hay que aceptar que nuestra identidad es la que él quiere para nosotros.