La soledad es una buena amiga a la que visitar, pero no alguien con quien vivir

Todos tenemos diferentes temporadas en nuestra vida, en Eclesiastés 3 encontramos las temporadas que pasamos como seres humanos en este mundo

A veces hay temporadas de soledad, no hablo de estar literalmente solos, a veces es solo el sentimiento de soledad el que invade nuestras vidas. Estamos tan acostumbrados a ver a la Soledad como una enemiga que cuando tenemos que pasar por esta temporada nos agobiamos. 

Hace un tiempo me encontré con la frase del principio y comprendí que en la soledad uno se permite conocer, en la soledad todo el ruido del mundo comienza a disminuir y la comunicación con Dios es más clara, en la soledad nos encontramos descubriéndonos. Pero está soledad solo debe ser una visita, no podemos vivir en la soledad necesitamos del resto, Dios nos diseñó de esa forma. 

Jesús también experimentaba la soledad, en Lucas ‭5:16‬ dice: ‬‬Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.

Tenía momentos de soledad con el Padre algunos eran breves tal vez y otros llevaban más tiempo:

Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre

Mateo‬ ‭4:1‭-‬2‬ 

Pero siempre fueron temporadas específicas, nunca una forma de vida en soledad. 

Si en este tiempo te sientes solo sea por la razón que sea, busca sacar provecho de la temporada, acércate a Dios y en el silencio que te permite tener la soledad disfruta de hablar con el Padre, seguramente Dios utilice ese tiempo para sanar heridas, restaurar, y mejorar tu relación con Él.

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