Paz y paciencia

La paciencia es algo que todos deseamos de los demás, pero probablemente no la deseamos para nosotros mismos, porque no nos gusta esperar estar incómodos, especialmente en un mundo que busca gratificación instantánea.

Las dificultades que enfrentamos generalmente son el impulso para que la paciencia crezca dentro de nosotros. 

Es por eso que Santiago 1:2-4 dice: «Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna»

Aunque los problemas no son motivo de alegría en sí mismos, aún podemos alegrarnos porque Dios los usa en nuestra vida para producir algo bueno.

La paciencia es un acto de fe. ¿Crees que puedes esperar en Dios mientras él trabaja más en ti? Déjame decirte que Dios es confiable. Jesús confió en él durante todas sus pruebas e incluso en la muerte; así como él, tú y yo también podemos confiar en Dios.

Respira profundamente y permite que el Señor haga su obra, pídele al Espíritu Santo que te ayude a desarrollar la paciencia en tu vida.

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